Un libro para leer. Leer la novela del argentino Jorge Nedich, El aliento negro de los romaníes, resulta desde el comienzo un suceso etnográfico a la par que literaria.
Nos empotra en el universo gitano, con hombres que saben cabalmente doscientas formas rítmicas de aplaudir, mujeres que aceitan su molinar (el modo en como trenzan sus cabellos), tiendas, burros, baratijas, quermeses, mucho sexo (“le alzó la pollera y sin decirle una sola palabra la fornicó larga, meticulosa y acompasadamente”), y diálogos entre padres e hijos de este tipo: “¿Qué tal son tus espermas?”, pregunta el hijo. Respuesta: “Muy urgentes y abundantes”. Una de las protagonistas, por ejemplo, baila y recita lo siguiente: “Baila y canta, son las únicas armas que posees, para armar tu futuro y consolar a tus vivos y a tus muertos, baila y vuela con tus manos, mujer morena, hacia el poniente de tu India, que le regaló al mundo el embrujo de tu paso, la avidez de tu cintura, el terror de tus polleras, lo impredecible de tus manos, tu leonino amor y tu partida larga”.
Se huele la una cultura ancestralmente intensa. Los protagonistas son Petre y su esposa Maida, que para dejar el nomadismo buscan tres hijas para casarlas, y un oso bailarín que los prospere. En el medio pasan muchas cosas. Por eso es un libro de lectura rápida, donde no existen tiempos perezosos.
Lo primero que me llevó a leer el libro es la tapa “el arte de tapa”, y lo segundo la historia de su autor Jorge Nedich. Un auténtico gitano Romaní quien fue analfabeto hasta la adolescencia, y se convirtió en uno de los más célebres escritores de la Argentina. Jorge Emilio Nedich, gitano, nómada hasta los 17 años se recibió de profesor de Letras. Se convirtió en escritor y profesor universitario.
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