Un encuentro con Lucía Álvarez, LA PIÑONA
En el viejo mundo, octubre fue testigo del nacimiento de quien sería una auténtica artista flamenca, Jimena de la Frontera (Cádiz) bailaora, más conocida mundialmente con el nombre artístico de LA PIÑONA. Empieza a bailar a la edad de diez años en varias academias de El Campo de Gibraltar, siendo una jovencita se traslada a Granada, hasta finalmente llegar a Sevilla. Le encanta trabajar en tablaos porque experimenta absoluta libertad, sin embargo el teatro la lleva al límite de la pasión .
Con el flamenco ha recorrido mundos impensados. ¡¡¡¡¡Cuanto arte!!!!!
¿Por que LA PIÑONA? ¿Donde se funda ese nombre?
El piñonate es el dulce típico de mi pueblo, Jimena de la Frontera (Cádiz), y una amiga cantaora, Rosi La Divi, me lo puso hace muchos años y aunque al principio no me identificaba porque no venía de familia ni nada, con el tiempo se me fue quedando y empecé a sentirme bien con él.
¿Como es atrapar este arte siendo una niña y así recorrer el camino del flamenco?
Bueno, yo creo que no te das cuenta porque cuando empiezas lo haces por gusto, con mucha naturalidad, y aunque sepas que quieres bailar no tienes presión ni prejuicios, solo muchos ídolos y mucha pasión y ganas. Por lo tanto, te metes sin darte cuenta, y es cuando pasa el tiempo, cuando eres más adulto, cuando te das cuenta de lo que has hecho y logrado y lo que te queda por hacer, porque siempre hay nuevos caminos que recorrer. Es un camino apasionante.
¿Hay un camino en el flamenco como artista?
Pues… no lo sé... como dijo Machado: “Caminante, no hay camino, se hace camino al andar…”. De lo que sí estoy segura es de que no hay un único camino, ni siquiera varios, hay tantos caminos como personas, y cada una de ellas somos libres de crear nuestro propio como quiera o pueda.
Es una pregunta trillada, pero nos interesa escucharlo de usted, ¿Que es el arte flamenco en definitiva?
El arte del flamenco para mí es la representación más clara de la diversidad. Un arte que no se entendería tal y como es hoy en día si no estuviera mezclado, diferentes músicas, danzas, culturas, etc. El arte flamenco tiene una idiosincrasia particular, tiene una raíz muy fuerte, maneja un propio lenguaje no solo en un sentido artístico sino social también. Hay muchos flamencos que no son profesionales, pero son flamencos. Esto es la maravilla que tiene el arte flamenco, que nos une una manera de ser, de estar y hacer en la vida, más allá de hacer arte.
Sabemos de su formación con varios maestros como son Andrés Peña, Eva Yerbabuena, Rubén Olmo o Andrés Marín, entre otros ¿Tiene algo que decirnos respecto a ellos?
Con cada uno de ellos he aprendido en etapas distintas de mi vida y de todos he aprendido muchísimo. Pero tengo que destacar a Andrés Peña, pues me cogió en una época clave para mí y estuve bastante tiempo seguido con él. Con Andrés siento que aprendí a bailar, lo que es bailar de verdad, más allá de la coreografía, fue a partir de entonces que empecé a entender más. Con Eva aprendí mucho también, pero fue un conocimiento de estos que se guardan y te sirven con el tiempo. Muy, muy valioso lo que me enseñó.
La avalan numerosas giras en Ecuador, San Petersburgo, El Líbano, Londres, Holanda, Bélgica o Kenia entre otros. ¿Qué siente al viajar con su arte? ¿Qué experiencias vive?
Me siento muy afortunada, suena a tópico, pero es verdad. No quiero que se me olvide nunca la suerte que tengo de viajar haciendo lo que me gusta, enseñar al mundo mi arte, y que la gente lo reciba con tanto agradecimiento, eso es un regalo del que estoy inmensamente agradecida. La experiencia mayor son las personas con las que me encuentro, la manera en que nos tratan, con tanto cariño y respeto. Como he dicho antes, nos une el flamenco y muchas veces el idioma no es una barrera, porque el flamenco nos permite comunicarnos y entendernos. Tengo muchos amigos por el mundo, gente que quiero realmente y eso, no tiene precio.
Usted tiene una usanza enorme en teatro, pero nos conmueve verla en tablaos (a través de videos). ¿Que se siente en un tablao? ¿Que palo la atrapa? ¿Que busca transmitir?
A mí me encanta bailar en el tablao, es lo que más he hecho en mi vida artística. Realmente no busco transmitir nada en concreto, y todo a la vez. Me gusta salir a bailar sin pretensiones, dejando la suerte a la noche, sentirme libre y que los músicos también lo sientan, para que puedan pasar cosas en el escenario. Cuando esto pasa, cuando nos dejamos, el público lo nota y le llegan las emociones. Uno de mis palos preferidos es la soleá, pero va cambiando por etapas también.
¿Cual es su próximo proyecto?
Mi próximo proyecto está en camino. “ABRIL” se estrena en esta edición de la Bienal de Flamenco de Sevilla que acaba de comenzar. El 20 de septiembre en el Teatro Central a las 21:00 horas.
Una obra sobre el poeta sevillano Juan Manuel Flores.
Quiere agregar algo más….
Tengo una pregunta para ustedes, o más bien una curiosidad… ¿Qué significa “Los satélites no alcanzan”? (risas)
Muchas gracias por vuestro interés en mí. Es un placer enorme.
Un abrazo, que estéis bien en estos tiempos tan inquietantes e inciertos.
Definitivamente esta bailaora embellece al flamenco. Hace brotar el alma de tablaos y teatros. Y hoy enciende EL FARO, Porque los satélites no alcanzan significa justamente eso lo que acabamos de experimentar en esta entrevista: un instante inalterable “¿Quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón. Tanta sangre que se llevó el río, yo vengo a ofrecer mi corazón.”
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