De la bailaora MARIANELA CENERI
El flamenco también vive en un pequeño lugar de la Provincia de Mendoza, Rivadavia. Argentina. Marianela celebra la herencia Española de sus ancestros en esos parajes. No es una condición coexistir con este arte en una localidad chica, Antonio Canale reside y se desarrolla como maestro en un pueblito de treinta mil habitantes exactamente el mismo número de pobladores de Rivadavia, eso si en este caso, lejos de bares andaluces y músicos. El flamenco tiene todos los contenidos, hay sensualidad, hay pena, puede haber coraje, una cantidad de sentimientos que se pueden expresar como en otras artes, pero no con la misma libertad de expresión que tiene el flamenco, el flamenco es la libertad, libre pasa por EL FARO una bailaora autentica.
Nos podría comentar sobre el Estudio Artístico “LA MARISMA”, que usted dirige.
LA MARISMA es un espacio re-creado en el año 2009. Digo re-creado porque físicamente es una sala perteneciente al hogar de mi abuela materna (española nativa); donde nací, crecí y de alguna manera fui bautizada en el amor y la pasión por una cultura que adopté como propia, la española.
A lo largo de mi vida, en ese espacio y desde la voz de mi abuela, oí nanas, villancicos y miles de historias sobre esa querida tierra. Hay algo que allí nació dentro de mí, algo que decantó de todas estas vivencias y que ansiaba darle expresión con la creación de este espacio, felizmente, ya son 11 los años taconeados por el Estudio convirtiéndolo en un rincón en Rivadavia donde se baila flamenco.
Con mucha ilusión abro cada ciclo recibiendo personas de distintas edades que se acercan porque “algo” en el flamenco los atrapa y sienten curiosidad de explorarlo. Y es un placer acompañarlas en ese porvenir…
Cómo y por qué bautiza el estudio con ese nombre?.
En el momento de hallar “su nombre” varios significantes venían a mí y finalmente conecté con lo sagrado de las aguas de una marisma en particular, la de Guadalquivir, en las que los gitanos reciben su bautismo.
“La Marisma” pues representaba para mí ese sitio donde había sido recibida para iniciarme en este arte, donde había acogido el baño cultural, el que quería compartir…
Como es desarrollar este arte con escuela en un pueblo del interior?.
Un desafío y una suerte.
Una suerte porque en los pueblos chicos nos conocemos todos. La vivencia que tuve al abrir La Marisma es que muchas personas ya me conocían, me habían visto bailar siendo niña o adolescente. Esto me permitió que la propuesta que tenía para ofrecer fuera bien recibida, la referencia era directa y esto continúa siendo así.
Un desafío porque ha costado - y sigue costando- que el Flamenco sea reconocido y valorado como género en mi pueblo, poco se ha sabido sobre él. Hubo docentes que formaban en danza española pero no en baile flamenco. Yo me formé viajando a la ciudad en mi adolescencia porque no era algo accesible aquí. Ni hablar de cante y guitarra, de eso sí que hemos sido carentes.
A partir de esta realidad, mi desafío continúa siendo el aportar al género aquí, que el conocimiento que se tiene sobre el Flamenco sea cada vez más completo. Concretamente generando espacios de intercambio en los que profesionales de afuera puedan brindar sus saberes también aquí y que sea posible el llevar a cabo tablaos con ellos. Que llegue el cante y la guitarra y con eso el tablao!
Enseñar flamenco y bailarlo. Que nos puede decir de eso?.
Comencé bailando muy chica, no tenía en mente enseñar, sólo gozaba del bailar.
Con el pasar del tiempo mi pasión por el baile no paró de crecer, me llevó a explorarme en variados espacios de formación y conectar con diversas modalidades de enseñanza también, de las que pude recoger recursos no sólo para el baile sino también para la docencia.
Fue así que empecé a pensarme como formadora y busqué el poder concretarlo.
Hoy puedo sentir que mi baile y mi enseñanza guardan una coherencia interna muy hermosa y son capaces de retroalimentarse. Son instancias a partir de las cuales aprendo, recibo y también transmito, doy. Una verdadera fortuna contar con esos dos canales de realización.
Como interactúa con pequeñas bailaoras?.
Mis primeras y adoradas alumnas fueron pequeñas, muy pequeñas. La experiencia maravillosa que obtuve fue que aposté a continuar formando niñas hasta la actualidad.
Creo que entendí que el Flamenco tiene demasiado de lúdico, de jarana, de juerga y esto viene más que bien con la infancia y esa libertad de expresión sin límites, sin la traba que la razón puede ocasionar sobre el fluir de la emoción y el movimiento auténtico.
Quienes fueron sus maestros?.
Mi primera maestra fue Marisa Díaz. Una bailarina y docente “encantadora”, como ninguna. Luego Cristina García. Mi puente del pueblo a la ciudad y a los grandes escenarios con magníficos montajes de los que sólo ella era capaz.
Mariela Morón siguió. Una maestra impecable, su técnica y metodología de enseñanza marcaron mi docencia. Vino Pablo Garay con su arte, y me inundó de pasión y tablaos. Finalmente Belén Moyanesi, maestra de las maestras. Con toda su magia y sus saberes. Entre ellos, locales queridos y valorados; hubieron clases magistrales, cursos y talleres impartidos por maestros provenientes del exterior, como lo fue la respetada “China”.
Que es el flamenco para usted, en general como filosofía y como baile?
Como baile, le debo mi libertad y una pasión eterna. Como filosofía es el modo de vivir que deseo.
La relación con el Flamenco ha cambiado con el tiempo?
Al igual que acontece con los vínculos amorosos, en un primer momento, el Flamenco me eclipsó emocionalmente, sentí una especie de encantamiento en el que no era necesaria otra cosa en mi vida más que la posibilidad de vivirlo bailando.
Luego de eso viví varios y continuos pasajes por la frustración, ese enamoramiento ya no era tal, no representaba todo lo que yo deseaba que sucediera con el Flamenco en mi vida.
Y con el propósito de conocerlo mucho más de lo que lo conocía, lo llevé al diván, de algún modo. Actualmente es mi objeto de estudio en la tesis que estoy realizando para acceder a la Licenciatura en Psicología -mi segunda vocación-.
Básicamente estoy estudiando el malestar en la cultura gitana y la posibilidad que el flamenco ofrece de testimoniar a través del cante y así sublimar el monto de afecto ligado al malestar.
Puedo decir que lo que hoy siento por él es un amor profundo, por lo que puede darnos a quienes nos interesamos en él, porque es un empuje a libertades, a la expresión y un llamado a la identidad.
Tablao o teatro y por que?
Hoy elijo tablao. Me atraen los montajes que propicia lo teatral, los disfruto; pero la magia del dispositivo “tablao” es incomparable para mí. Creo que gusto de esa proximidad humana, de esa intimidad cuando se pone al desnudo el alma. Allí uno necesita el calor del jaleo de los queridos.
Cuál es el proyecto que más satisfacciones le dio?
Creo que el que está siendo.
Desde La Marisma, estoy impulsando más que nunca la formación en estructuras, compás y códigos de manera tal que, mis alumnas tengan más recursos a la hora de establecer el vínculo directo con el cante y la guitarra. Y el proyecto bailando en tablao, sin duda.
Desde mis estudios, mis proyecciones también son satisfactorias. Estudie al Flamenco en su teoría o en su práctica desde la psicología y la flamencología o la sala de mi maestra, siempre me va a hacer dichosa y me va a permitir madurarlo.
Palo por palo
Un cantaor: Camarón
Un guitarrista: Paco De Lucía
Un bailaor: El Oruco
Una bailaora: Rocío Molina
Un palo: Bambera
Un vestuario: La ropa cómoda de ensayo (risas). Pero con unos buenos tacones!
"Esa gitana de piel canela cuando va por el sendero de la marisma, cuando va por el sendero de la marisma. Esa gitana de piel canela ..." Ole guapa!!!.
Brillante narración de cómo y cuánto se siente el arte flamenco. Conmovedor!