EL TACONEO DEL BAILAOR VICO ZAPATA

Percibiendo al bailaor Vico Zapata entendemos que el flamenco es el hilo conductor de su vida. El bailaor Vico Zapata es parte de una tendencia jonda que se encuentra en la mística de Buenos Aires. Es un fragmento de este género que crece en esa imponente ciudad. Lo primero que nos dice es: “Cuando tenia 22 años, fui a una clase de tango y mi profesora me dijo que tenia condiciones para bailar flamenco y aunque no tenia la menor idea de que me estaba hablando, fui a donde me había indicado, desde esa primera clase puedo decir que fue el flamenco quien me encontró a mi”. Eso para nosotros se llama duende. Cuando le preguntamos si para ser bailaor flamenco se nace o se aprende. El nos contesta contundente “Se aprende, creer que se nace con alguna capacidad especial, me parece un poco fantasioso, lo que si creo es que uno tiende a dedicarle mucho tiempo aquellas cosas que le generan interés, se crea el íntersum, y uno ya no puede mas que estar en medio, estar presente, pensando todo el día en como hacerlo todos los días mejor”.

Por mucho que nos guste el dulce no es lo mismo de postre un tiramisú que un tocinillo. Y mira que los dos llevan azúcar y huevos…Pues con el flamenco igual, que mucha guitarra y mucho cante pero no es lo mismo acabar la comida bailando con un fandango que con un tango. Vico nos dice de los palos “La buleria por solea, por lo menos es donde mas comprometido me siento, aunque con la Alegría me ata una historia personal muy particular, ya que la primera vez que baile una alegría delante de la gente fue el día que mi madre había fallecido.” Su madre se fue y él la despide por alegrías, nos parece muy significativo y dulce a la vez, para algún distraído las alegrías es un palo fiestero, perteneciente al grupo de las cantiñas, que son los cantes por excelencia propios de Cádiz y los Puertos, la dejo ir por alegrías como cuando un barquillo sale al mar.

También nos dice “En el baile el cuerpo es quien responde principalmente, pero uno ya sintió el movimiento, como una pulsión irrefrenable antes de hacerlo”. Cuando le hablamos de futuro nos expresa “Me conformo con sortear el día a día siendo artista, y me permite estar presente y consciente, que vivo todos los días haciendo lo que amo”.

Llega la hora de despedirnos y la reflexión final del bailaor es “Me levanto todos los amaneceres pensando en el baile, y creo que ese es el desafío mas grande, todo lo que pienso es en formar parte de cualquiera de los retos que se me presenten arriba de un escenario”.

EL FARO le agradece con palmas a compás a éste joven y talentoso bailaor, la generosidad de haber pasado por aquí.