Virginia es un alma flamenca que pulula en otros planos. Nos dejo vestuarios de un enorme valor.
La moda flamenca siempre mantiene la fuerza. Ya han sido muchos los diseñadores que han confiado en este elemento característico y que puede llegar a dar mucho juego en el traje de flamenca. Pasa cintas por todo el diseño, en cortes clave, rematando volantes y otras luces. El traje de flamenca también es un palo, al menos así lo define EL FARO.
Los vestuarios flamencos además de ser un universo de telas es un universo de historias. Imaginar a una mujer que baile flamenco es pensarla con vestidos majestuosos, volados eternos y mucha actitud. Esto, parte fundamental en la puesta, es lo que representa el vestuario de un género. Podríamos decir que son piezas con contexto. No se han aportado antecedentes certeros acerca del origen del traje de flamenca, se han arriesgado teorías, algunas de las cuales han remontado su origen a épocas antiguas y otras por el contrario lo han colocado a principios del siglo XX.
Virginia Gómez, “La prima”, Argentina. Nació en la ciudad de las montañas Mendoza atesoró y residió su arte en Buenos Aires. Una niña creativa, una adolescente adelantada, una mujer en todo sentido y madre. Con una personalidad marcada y ocurrente en su universo como por ejemplo la música y la forma de vestir, podríamos decir que nada es parecido a nada en el momento de sus creaciones.
Dibujante. Sabia y conocedora de texturas y colores. Con una vasta experiencia perpetro el vestuario de Carmen Flores en Buenos Aires (entre otros grandes bailaores y bailaoras), exporto su arte a países de Latino américa, a Japón, Europa y por supuesto en nuestro país. Por su taller y hogar transitaron muchas personalidades del arte flamenco. En el naturaleza de sus amigos bailaores a donde además del arte anduvieron caminos más íntimos mencionamos a Eva Iglesias, Yanina Martínez, Mónica Romero, Verónica Marcovsky, Luna Flamenca y el inolvidable Claudio Arias, seguramente en esas rondas se forja unión de voluntades para visibilizar el flamenco a nivel local en todas sus runas. Así fue con “La Prima”. Hablando de la ciudad de la furia nos encontramos con la bailaora Yanina Martínez, y le preguntamos cuál fue su experiencia con virginia amablemente nos comenta “una verdadera profesional en lo suyo, práctica y responsable. Muy creativa y siempre abierta a bocetos e ideas. Todo el vestuario que tengo está realizado por ella desde hace 12 años teniendo en cuenta que hace 20 que bailo. Una mujer de oro, joven, y con una energía enorme. En definitiva a La Prima la tendremos en la memoria por siempre”.
Luego nos fuimos al sur de la república y nos comunicamos con una bailaora de Comodoro, Chubut, Vivian Rosado generosa nos envía una nota que trascribimos textual “Aunque había llegado la primavera, el frío del invierno se resistía a dejarnos y en este ambiente tan agreste el flamenco también resiste mágicamente como una especie rara de cactus. Un día así llega un bailaor cordobés a dictar un seminario
“ técnica de bata de cola”, traía una bata increíble que volaba, como con vida propia. Madre mía! Esa bata seguro la trajiste de España??!!! El Duende nos dice: pues no, me la hizo una chica muy maja de Buenos Aires y su marca es La Prima. Escribirle, escribirle que es muy maja. Así lo hicimos, mi maestra en aquél momento y yo. Le escribimos, acordamos telas, colores, medidas y fecha de entrega. Entonces la conocí, tan amorosa como mágica, porque del pequeño espacio donde vivía con su familia ella hacía un gran taller de costura. Porque del inmenso amor que era capaz de dar a su pequeño, todavía tenía amor para derramar sobre cada puntada que daba a sus creaciones. Y porque misteriosamente nuestras batas quedaban pintadas, no había que tocarle ni un detalle, como si nos conociera en persona y de toda la vida. Ese fue el primero de varios trajes que nos hizo. Así la recuerdo, con magia en su mirada, en sus manos, magia en sus palabras, en sus batas, ella era toda magia.”
Tímidamente invitamos a quien fuera su compañero Fabian Mirabelli para hablar de ella. Mirabelli “el flamenco” es Actor. Escritor. Director y también es un simple caminante, nos comparte algo de su libro VERDE (pag. 30).
Su color fue fluido
Su música mi estilo
Su onda un suspiro
Su personalidad su estilo
Cambiante y electica
Remadora es su esencia
Vino a este mundo
Trajo su fruto
Dejo lo más preciado
La semilla esta de su lado
Lo verde siempre está vivo
Lo más preciado su nido
Se preocupa por vos y yo
Lo verde nunca se va renace mas allá.
Y además remata: “Virginia Gómez, la mujer que el universo me regalo, agradecido de ser parte de ella y su legado”.
Así nos detenemos un instante en esta diseñadora/vestuarista y agregamos que, ella sin dudas conmovió el mundo del flamenco con hilos fantásticos y una inmensa sonrisa de respaldo. Resulta particularmente memorable cuando la lógica que se suele asociar a un objeto algo material que existe, que está, en este caso un vestuario de flamenco fue creado por alguien, y tal vez la pieza trasciende a ese ser creador pero también lo refleja. Estamos en una sociedad y vivimos entre estereotipos inamovibles, pero evolucionamos gracias a artistas que nos dejan utopía aunque ellos se vayan. Encendió EL FARO Virginia Gómez, la eterna PRIMA.
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